Hace un par de años decidimos mandar a Isabel, nuestra hija de 15 años a hacer un curso escolar, el equivalente a tercero de la ESO, a Irlanda.
Qué sencillo queda así escrito, a todos nos ha apetecido la idea de mandar a nuestros hijos fuera, aprenden inglés, viven una verdadera integración y sobre todo vienen con un nivel de inglés muy alto en poco tiempo. Son capaces de comunicarse sin problemas en ese idioma, cuando de otra manera puede llevar años de estudio con peores resultados.Pero cuando se trata de tu propio hijo…
Es una decisión muy difícil de tomar
Nos hacíamos muchas preguntas: Si era demasiado pronto, si tenía la madurez suficiente, si el entorno sería seguro, en definitiva, teníamos miedo, ¿Y si nos estábamos equivocando? ¿Qué consecuencias tendría?
Empecé a consultar a agencias, busqué en Internet y pedí información. El coste de mandarla con una agencia tradicional era tan alto que decidimos descartarlo, yo calculaba lo que podía suponer estudiar un año allí sumando colegio, familia y resto de gastos, y lo que nos pedían las empresas de organización de cursos era más del doble, así que le pregunté a una amiga que vive en Dublín y tiene dos hijos de edad escolar. Su hija asistía en Dalkey a un colegio femenino, ubicado en un pueblo costero al sur de Dublín y vimos que mandarla allí con una familia de acogida podía ser una opción muy buena y mucho más asequible.
A partir de ahí empezaron los preparativos
Fueron unos meses de matrículas, encargar libros, uniforme, buscar familia, entrevistas y un par de viajes a Dublín para asegurarnos de que Isabel se quedaba bien instalada, aparte teníamos a nuestros conocidos allí por si sucedía algún imprevisto. Durante ese año muchos amigos me preguntaron cómo lo había hecho sin recurrir a una agencia, y cuando les contaba el proceso me respondían que ellos necesitaban ayuda, no podían dedicarle tal cantidad de tiempo pero querían quedarse tan tranquilos y satisfechos cómo yo me quedé cuando me marché de Dublín dejando a Isabel con la familia Dalton.
Facilitar este proceso, dar la tranquilidad y la confianza que necesitamos a la hora de tomar la decisión de mandar a nuestros hijos a estudiar al extranjero es mi principal objetivo, atender las mismas necesidades que he tenido en primera persona para ayudar a otros estudiantes y familias a que sea una gran experiencia de manera asequible y sencilla.
Curso escolar en Irlanda
Resultó ser una elección perfecta. Las instalaciones son sencillamente espectaculares, tanto el colegio, las zonas verdes que tienen las alumnas para descansar o comer, equipamientos deportivos, equipos que participan en competiciones locales y nacionales. Hay multitud de actividades a disposición de los alumnos: comedores, gimnasios, clases de zumba, club de debate, coro…Los profesores fueron todos cercanos y facilitaron incluso con clases particulares el estudio de las asignaturas. Y lo más importante, de más de 700 alumnos, solo unos 47 eran de diferente nacionalidad con lo que entre la familia y el colegio, prácticamente solo se podía hablar inglés. (Pincha aquí para ver nuestro programa).
Se descubren muchas cosas lejos de casa, se valora más a la familia pero también se aprende que se puede vivir en muchos sitios y que hay otras culturas que merece la pena descubrir. Es un privilegio poder compartirlas durante una época de nuestra vida. Nuestros hijos descubren la cantidad de recursos que tienen y maduran de una forma muy saludable. Las amistades que hacen son casi de por vida y la vinculación con el colegio se mantiene durante el tiempo pues les invitan todos los años a pasar unos días, y por supuesto vino con un nivel B2 que acreditaba lo aprendido en el curso.
Mirándolo en la distancia, creo que es una de las mejores decisiones que hemos hecho con la educación de Isabel, volvió mucho más independiente, pero cariñosa y valorando la unidad familiar que formamos, aparte, se ha quitado muchísimas limitaciones, si fue capaz de entrar a un colegio Irlandés, sola, sin conocer a nadie y buscar su clase, hablar con los profesores y desenvolverse, todos los retos que se le han planteado desde entonces los ha afrontado con la misma determinación y valentía que tuvo que mostrar durante el año. Es emocionante poder acompañar a las familias y a los estudiantes en un año tan importante, vamos a hacerlo sencillo y posible para todos.